domingo, 25 de febrero de 2018

No siempre es fácil descubrir al que sufre detrás del que hace daño, ni mostrarse así.
Me quiero matar y no puedo. ¿Cobardía, reducción al absurdo, fidelidad por alguna clase de expectativa? ¿Hábito de añorar anticipadamente las cosas presentes, afición a las mitologías de la soledad, miedo de algún más allá, asco de un más acá? Nada de eso. Tal vez es mi certeza de que la vida es lo único que hay, sin adjetivos. Aprendo a caminar en los miradores, pero la lista de los ejemplos siempre es incompleta. Resido en una pausa. Y es que la costumbre del desprendimiento pasa a ser una condición vital: todo lo abandono, de todo me alejo enseñando el traje huraño del triste, con la frivolidad del que se defiende, con la palabra rota que se obstina en su grosero silencio, para conservar intactas las estatuas de sal de mi desconsuelo, acaso temiedo su ridiculez. Yo me desprendo, me desprendo del gesto cómplice y sólo me reencuentro en una nostálgica polifonía, donde lo posible se confunde con lo perdido. Soy la sombra que secunda pasos aún más leves, que aguarda el contacto sin fiebre y sin desesperación. El ángel de la disconformidad se posa en todo lo que debiese retenerme, dándole la superficie impenetrable y reluciente de los espejos... Y yo me corrijo hasta desaparecer...

viernes, 9 de febrero de 2018

¿Qué me dijo esa desconocida en el puente, mientras yo miraba una hoja detenida en la superficie del agua? "En la vida todo consiste en hacerse entender". Pero yo me obstinaba en permanecer en silencio, pues, en el fondo, me complacía la incomprensión. Tiempo en el tiempo: para respirar, para aburrirse.
"En nuestro siglo, todos los hombres se han fraccionado en unidades. Cada cual se aísla en su agujero, se aparta de los demás, se oculta con sus bienes, se aleja de sus semejantes y aleja a sus semejantes. Amasa riquezas él sólo, se felicita de su poder y de su opulencia, y el insensato ignora que cuantas más riquezas reúne, más se hunde en una impotencia fatal. Porque se ha habituado a contar sólo consigo mismo y se ha desligado de la colectividad; se ha acostumbrado a no creer en la ayuda mutua, ni en su prójimo, ni en la humanidad, y tiembla ante la sola idea de perder su fortuna y los derechos que ésta le otorga. Hoy el espíritu humano empieza a perder de vista en todas partes, cosa ridícula, que la verdadera garantía del individuo radica no en su esfuerzo personal aislado, sino en su solidaridad. Este terrible aislamiento terminará algún día, y entonces todos los hombres comprenderán que su separación es contraria a todas las leyes de la naturaleza, y se asombrarán de haber permanecido tanto tiempo en las tinieblas, sin ver la luz."
 Fiódor Dostoyevski,  Los hermanos Karamazov.

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Grup de Treball Psicoanalític del Garraf: La vergüenza en cuestión en el sujeto de nuestro t...: Alín Salom El psicoanálisis no pretende curar, suprimir la vergüenza, "desvergonzar" al sujeto. Como tampoco pretende desculpab...

jueves, 8 de febrero de 2018

sorpresa/maravilla/admiración

...después del placer de asombrarse, no lo hay mayor que el de causar una sorpresa.
(Charles Baudelaire, "La moneda falsa")

...mirándote mirar / la maravilla, eso es: / la maravilla.
(Gonzalo Rojas, "Turpial A-6B")

...sabes, a veces, admirando, te olvidas del que estás admirando. / Te basta la mera admiración.
(Yannis Ritsos, "La Sonata del Claro de Luna")